La historia que a continuación transcribo es un texto que puede y debe servir de reflexión tanto a vosotros, los alumnos, como, a ustedes, los padres, teniendo en cuenta la situación un tanto "anómala" que estamos viviendo actualmente en la educación, donde el trabajo, el respeto y, sobre todo, la responsabilidad brillan por su ausencia. Os propongo una lectura reflexiva del mismo para a continuación hacer un comentario de lo que os ha parecido. Invitad también a vuestros padres a compartir esta actividad con vosotros.
¿Te apeteces leer esta lectura o pasas? Sea lo que sea lo que quieras hacer, tendrás que leerla. Es una obligación en este momento. A menos que seas de la P.A.S.O. Pero para saber qué es eso, ¡Ah!, tendrás que leer.
-Mamá, no te esfuerce -le dijo un día-. Hoy he decidido ponerme en huelga. No voy a estudiar. Solo haré lo que me guste.
Su madre lo miró unos segundos extrañada y, para sorpresa de Matías, finalmente exclamó:
-¡Qué interesante, una huelga de deberes! ¿Cómo no se me habrá ocurrido antes? Yo también me apunto. Podríamos fundar una asociación. ¡Ya sé: La P.A.S.O.! Personas Anti Soporíferas Obligaciones. Gracias, Matías, me has quitado un peso de encima. Me voy a tomar café con mis amigas.
Y, dando un alegre portazo, salió a la calle sin recoger la mesa.
Matías se quedó solo en casa. Aún no podía dar crédito a lo sucedido. Pero decidió disfrutar de su primer día como miembro de la P.A.S.O. Vio un rato la televisión. Jugó con el ordenador. Llamó a su amigo Ramón por el móvil, pero no pudo hablar con él porque estaba haciendo los deberes. Llegó la hora de la merienda, pero su madre aún había vuelto. Llegó la hora de la cena, y su madre no se levantó a ponerle la comida. ¡Estaba leyendo un libro!
Matías, algo asustado, se hizo un bocadillo de jamón de York. Luego jugo otra vez en el ordenador y se acostó a la mil.
Aquella noche, Matías tuvo una pesadilla. Soñó que estaba en una casa incendiada. Llamaba a los bomberos, pero no cogían el teléfono. Al final, una voz malhumorada respondía: "¿Qué tripa se le ha roto?" "Se está quemando mi casa, vengan pronto". Pero la voz le contestaba: "Ahora no podemos atenderle porque estamos jugando a las cartas. Llame dentro de una hora. Es que somos de la P.A.S.O. ¿sabes?"
A la mañana siguiente, cuando la madre de Matías se levantó lo vio sentado en la cocina. Con su cuaderno delante.
-Mi vida, ¿pero qué haces levantado tan temprano?
-Estoy haciendo los deberes, antes de ir a clase -explicó. Y en voz baja añadió-: Paso de la P.A.S.O.
Texto realizado por: José Antonio Marina
P.A.S.O.
Matías estaba enfandado con su madre y cansado de sus "Matías, ordena", "Matías, estudia"...